Los colores dicen mucho de ti, por eso, debes escogerlos teniendo en
cuenta tu propia personalidad y el tipo de ambiente que quieres crear
en tu hogar.
Estamos acostumbrados a vivir en hogares pintados con
colores como el blanco, el amarillo pálido o como mucho un tímido azul.
Son pocas las personas que se arriesgan a pintar con
colores más atrevidos que puedan darle al hogar un aire diferente y
original. En la mayoría de los casos, además, se lanzan a pintar sin
conocer qué sensación puede aportar cada color a esa habitación y, por
lo tanto, qué sentimientos puede trasmitir a los habitantes de la casa.
Sin embargo, ¿sabemos cómo influye cada color en nuestro estado de ánimo? Bruguer,
reconocida marca en el mundo del bricolaje y la decoración, nos da
algunas pistas para conocer la influencia que ejercen los colores en tu
bienestar emocional.
El rojo
El rojo es pasión y emoción. Atrae la atención visual
rápidamente y en algunas culturas está considerado símbolo de la suerte.
La energía vital que transmite es ideal para estancias como el comedor o la biblioteca porque se asocia con lugares de mucha actividad y fomenta la creatividad.
El gris
El color gris es perfecto para darle un aire sofisticado a cualquier estancia
de la casa sobre todo combinando con mobiliario minimalista de colores
brillantes pero puede provocar sentimientos de nerviosismo y aislamiento
en personas con tendencia a ser introvertidas. Por eso, es mejor
reservarlo para hogares de personas con personalidad fuerte que no se
sientan intimidadas por la neutralidad de este color.
El naranja
El naranja atrae la vista, estimula la conversación y fomenta la sociabilidad. Por eso, es ideal para aquellas estancias en las que se producen más interacciones sociales como el salón o el comedor
y está especialmente indicada para aquellas personas con el ánimo bajo
porque ayuda a deshacerse del miedo favoreciendo la eliminación de
estados depresivos.
El rosa
El rosa, por su parte, tiene un gran efecto calmante y relajante promoviendo la afabilidad. Ayuda a despejar la mente de pensamientos negativos y proporciona energía; por eso es perfecto para el dormitorio o cualquier rincón de la casa que invite a la desconexión.
El amarillo
Luz y optimismo. Esto trasmite el color amarillo, que además de aportar muchísima claridad
a cualquier espacio, es excelente para llevar la alegría a cualquier
ambiente estimulando la capacidad intelectual y elevando el ánimo.
El azul
Si lo que buscamos es serenidad, el azul es el color prefecto para conciliar el sueño y relajarse.
Su efecto calmante y tranquilizador lo convierte en un color que se
adapta a la perfección a cualquier estancia de la casa. Además, la
sensación de limpieza que aporta hace que se adapte perfectamente a
espacios como el baño o la cocina donde se busca sobre todo sensación de orden.
El marrón
El color marrón también transmite calidez y permitirá a
las personas más nerviosas canalizar mejor la tensión. Sus tonalidades
más pastel, aportarán dulzura y llamarán al positivismo.
El verde
Es el color de la naturaleza, trasmite seguridad y anima al crecimiento emocional. Fomenta la actividad cerebral y calma el estado de ánimo. Por eso, está indicado para habitaciones de adolescentes que necesitan reafirmar su identidad o para motivarse ante la consecución de un reto.
El violeta
El violeta por su parte, es un color que expresa exclusividad y autoridad según el Feng Shui
intensificando la capacidad intelectual y el autocontrol. Ideal para
conectar con la parte más emocional invitando a la meditación encaja con
estancias destinadas a relajarse como la sala de estar o el dormitorio.
El blanco
Finalmente el color blanco, además de ser siempre una apuesta segura y nunca pasar de moda, se aconseja en habitaciones que reciben abundante luz natural porque incrementa la sensación de amplitud. A nivel emocional trasmite paz y permite despejar la mente.
Fuente: http://www.bruguer.es/
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